Ejemplos y modelos de lenguaje literario

Majo Castillo

El lenguaje literario es aquel que se utiliza en la literatura de ficción o entretenimiento. La finalidad del lenguaje literario es artística, de tal manera que el lenguaje toma gran importancia, pues sobre él radica muchas veces la atención. Por ello el estilo es de suma importancia en el lenguaje literario.  

Lo habitual es que, tal como hablan los personajes de una novela, o tal como se describe en ella un paisaje o una situación, no sea la manera en que un amigo le cuenta a otro, en la vida real, lo que ha visto en un viaje. Aunque la intención comunicativa sea la misma, los usos y expresiones que empleamos para llevarla a cabo varían.

Tipos de lenguaje literario: Ejemplos y su importancia en la literatura

El lenguaje literario es aquel que se utiliza en la literatura con el fin de expresar emociones, sentimientos, ideas y pensamientos de una manera más creativa y artística. A continuación, se presentan algunos tipos de lenguaje literario, junto con sus ejemplos y su importancia en la literatura:

  1. Lenguaje poético: Se caracteriza por su musicalidad, ritmo y uso de figuras retóricas. Ejemplo: "En el azul infinito/ se pierde el horizonte/ y mi alma se evade/ en un sueño de amor". La importancia del lenguaje poético radica en su capacidad para evocar emociones y crear imágenes vívidas en la mente del lector.
  2. Lenguaje simbólico: Utiliza símbolos para representar ideas abstractas o conceptos complejos. Ejemplo: "La mariposa es un símbolo de transformación y renacimiento". La importancia del lenguaje simbólico radica en su capacidad para transmitir significados profundos y universales a través de imágenes o metáforas.
  3. Lenguaje figurado: Utiliza figuras retóricas, como la metáfora o la personificación, para crear imágenes poéticas y expresar ideas de manera más creativa. Ejemplo: "El sol se despidió del cielo con un beso rojo". La importancia del lenguaje figurado radica en su capacidad para enriquecer el lenguaje y transmitir significados más profundos y complejos.
  4. Lenguaje irónico: Utiliza la ironía para expresar ideas de manera contraria a lo que se dice o se entiende. Ejemplo: "¡Qué bonito día para quedarse en casa y trabajar!". La importancia del lenguaje irónico radica en su capacidad para criticar o cuestionar ciertos valores o ideas de una manera ingeniosa y sutil.

Los mejores Ejemplos de tipos de textos literarios

Existen diferentes tipos de textos literarios, cada uno con sus características y objetivos específicos. A continuación, te presento algunos ejemplos de los tipos de textos literarios más comunes:

  1. Poesía: Un ejemplo de poesía es "Walking Around" de Pablo Neruda. Este tipo de texto literario utiliza el lenguaje poético para expresar emociones, sentimientos, pensamientos y experiencias. La poesía se caracteriza por su ritmo, musicalidad, uso de figuras retóricas y la capacidad de crear imágenes poéticas.
  2. Novela: Un ejemplo de novela es "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez. Este tipo de texto literario se caracteriza por contar una historia ficticia o real de manera extensa y detallada, desarrollando personajes y ambientes complejos y utilizando un lenguaje cuidadosamente elaborado.
  3. Cuento: Un ejemplo de cuento es "La metamorfosis" de Franz Kafka. Este tipo de texto literario se caracteriza por contar una historia breve, con un inicio, nudo y desenlace, que busca entretener o transmitir una enseñanza o moraleja.
  4. Ensayo: Un ejemplo de ensayo es "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz. Este tipo de texto literario se caracteriza por presentar una idea, opinión o análisis sobre un tema específico, utilizando argumentos y evidencias para respaldar la postura del autor.
  5. Teatro: Un ejemplo de teatro es "Hamlet" de William Shakespeare. Este tipo de texto literario se caracteriza por presentar una obra dramática que se representa en un escenario, con actores que interpretan a los personajes y diálogos que desarrollan la trama.

La carretilla

En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de yerba y de naranjas. Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda, queriendo ayudar con el empuje de su pechillo en flor al borricuelo, más pequeño, ¡ay!, y más flaco que Platero. Y el borriquillo se despachaba contra el viento, intentando, inútilmente, arrancar del fango la carreta, al grito sollozante de la chiquilla. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores.
Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. Lo obligué, entonces, con un cariñoso imperio, y Platero, de un tirón, sacó carretilla y rucio del atolladero y les subió la cuesta.
¡Qué sonreír el de la chiquilla! Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas.
Con su llorosa alegría, me ofreció dos escogidas naranjas, finas, pesadas, redondas. Las tomé, agradecido, y le di una al borriquillo débil, como dulce consuelo; otra a Platero, como premio áureo.


 

Rima VII

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en la rama
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay! -pensé-, ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: “Levántate y anda”!

 

La sombra del viento

Deshice el cuidadoso envoltorio en la penumbra del alba. El paquete contenía una caja de madera labrada, reluciente, ribeteada con remaches dorados. Se me iluminó la sonrisa antes de abrirla. El sonido del cierre al abrirse era exquisito, de mecanismo de relojería. El interior del estuche venía recubierto de terciopelo azul oscuro. La fabulosa Montblanc Meinsterstück de Víctor Hugo descansaba en el centro, deslumbrante. La tomé en mis manos y la contemplé al reluz del balcón. Sobre la pinza de oro del capuchón había grabada una inscripción. Carlos Ruiz Zafón

 

  • ¿Te ha servido de ayuda?
  • No