Ejemplo de diálogo espontáneo

Irene Benlloch

Resulta curioso: nos pasamos media vida manteniendo conversaciones espontáneas entre nosotros, pero cuando tenemos que escribir un diálogo de estas características (para un escrito, un guion o un trabajo de clase) nos quedamos en blanco porque no se nos ocurre ningún ejemplo de diálogo espontáneo. A diferencia de un diálogo planificado, los diálogos espontáneos no surgen de manera premeditada, sino que son improvisados y tienen carácter informal y amistoso. Dicho esto, ¿te gustaría conocer las características de los diálogos espontáneos y consultar los ejemplos de diálogos que te hemos preparado? Entonces no dudes en seguir leyendo.

Cómo escribir un diálogo espontáneo

Antes de consultar los ejemplos que tenemos preparados para ti, resulta interesante que conozcas las pautas para reproducir un diálogo de forma espontánea, especialmente si te has quedado en blanco y no sabes por dónde empezar. ¡Nadie dijo que escribir fuera fácil!

  • Presta atención a tu alrededor y escucha cómo las personas hablan entre sí. Este es el consejo más importante si tu objetivo es crear diálogos genuinamente espontáneos.
  • Las muletillas son muy importantes. ¿O acaso todos nosotros hablamos de manera correcta a la primera?
  • Lee ejemplos de guiones, tanto cinematográficos como teatrales, porque ahí encontrarás los mejores modelos de diálogos espontáneos. Procura fijarte, eso sí, en aquellas películas u obras teatrales que tengan carácter contemporáneo. ¡En un diálogo espontáneo actual nunca se hablará como en el siglo XVIII!
  • Antes de escribir, piensa en la edad y la procedencia de tu emisor y tu receptor. Un chaval de quince años nunca hablará de la misma manera que una anciana de ochenta y cinco años, ¿no te parece?

Ejemplos de conversaciones espontáneas

Ahora sí, vamos a aplicar la teoría con ejemplos reales de diálogos espontáneos con frases. El primero, dos viejas amigas que se reencuentran después de terminar la Universidad; el segundo, dos vecinas entradas en años que echan la tarde.

  • -¡Ostras, Clara! ¡Cuánto tiempo!
    -¡Ya te digo! ¿Cómo estás? Hace... Madre mía, hace un montón de años que no te veo, ¿eh?


    -Pues cinco por lo menos. Creo que la última vez que te vi fue en la graduación.
    -¿En la graduación? ¿Hace tanto ya?
    -Yo creo que sí. O sea, te he visto por redes sociales y todo eso, pero creo que en persona...
    -Oye, pues igual sí que tienes razón, ¿eh?
    -Bueno, cuéntame. ¿Qué tal te va todo?

    • -Buenas tardes, vecina. ¿Cómo se encuentra hoy?
      -Pues qué te voy a contar, la espalda me está matando, pero me he bajado al parque para echar la tarde.
      -Claro que sí, que una se aburre tantas horas encerrada en casa.
      -Además, ahora empieza a refrescar un poco.
      -¡Y que lo diga!

      • ¿Te ha servido de ayuda?
      • No