Ya te hemos mostrado cómo se escribe un ensayo básico, uno corto o una literario entre otros, pero en este artículo de Milejemplos compartimos contigo un ejemplo de ensayo argumentativo muy práctico para aprender a redactarlo correctamente. Un ensayo argumentativo intenta convencer a los lectores. Es así de simple.
Cómo escribir un ensayo argumentativo
Veamos algunas de las cuestiones más importantes para aprender más sobre este modelo de ensayo, para escribir un buen ensayo argumentativo, necesitas cuatro partes básicas:
1. Un tema discutible
Si no puedes tomar partido en un tema, no será un tema que sirva para un ensayo argumentativo. Por ejemplo, no puedes discutir si necesitas una licencia de conducir para conducir un automóvil legalmente. Es un hecho. No está abierto al debate. Sin embargo, puedes argumentar si los dispositivos de manos libres distraen a los conductores.
2. Una fuerte afirmación o postura sobre un tema
Elige un tema que te interese mucho. De este modo, es más probable que investigues más sobre la materia y puedas formarte una opinión contrastadas.
3. Evidencia sólida para apoyar su argumento
Un ensayo argumentativo no es un ensayo de opinión. Necesita evidencia sólida de fuentes creíbles para respaldar su argumento. Ubica cada uno de los hechos, las estadísticas y cita a quiénes respalden tus afirmaciones y fortalezcan tus argumentos.
4. Un contraargumento
Debes reconocer y refutar el punto de vista opuesto. Esta estrategia muestra a los lectores que has hecho tu tarea y que te das cuenta de que hay otra opinión. Presentar el otro lado del argumento hace que tu argumento sea más fuerte y tu escritura sea más creíble.
Fragmento de un ensayo argumentativo
Lee con atención y repasa algunas de las pautas que hemos mencionado sobre la estructura de un ejemplo de ensayo argumentativo y toma nota:
“Las ventajas de ser gemela son especialmente evidentes en los primeros años de la infancia". "En los primeros años, los niños gemelos desarrollan una confianza entre ellos" (Safdarmehdi, 2012, párrafo 2). La rivalidad entre hermanos no es un problema porque los niños forman un vínculo el uno con el otro desde el nacimiento. Además, a una edad temprana, los mellizos se necesitan mutuamente porque se dan mutuamente una sensación de apoyo y seguridad. Los gemelos están ahí el uno para el otro a medida que experimentan los altibajos de la vida y creciendo. Desde el punto de vista académico, social y emocional, los gemelos se ofrecen mutuamente el apoyo que construye su relación y crea confianza entre ellos (...)”